lunes, 30 de agosto de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
lunes, 16 de agosto de 2010
viernes, 13 de agosto de 2010
miércoles, 11 de agosto de 2010
Hay sensibilidades sustanciales, existen los que tienen una sensibilidad sustancial. Yo sueño con hacer alguna cosa sobre la sensibilidad filosófica. Es así que encontrarán los autores que cada uno amará. No estoy diciéndoles que sean spinozistas, porque me importa un bledo. Lo que no importa un bledo es que ustedes encuentren lo que les hace falta, que cada uno de ustedes encuentre los autores que les hacen falta, es decir, los autores que tienen algo para decirles. Lo que a mí me atormenta en filosofía es esa elección. Es igual que cuando se habla de una sensibilidad artística, por ejemplo de una sensibilidad musical. La sensibilidad musical no es indiferenciada, no consiste solamente en decir: Amo la música. Quiere decir también que extrañamente, en cosas que yo mismo no comprendo, tengo algo que ver particularmente con tal: “ah, para mí es Mozart. Mozart me dice algo”. Es curioso eso. En filosofía es lo mismo. Hay una sensibilidad filosófica. Allí también es una cuestión de moléculas, si aplicamos todo lo que acabamos de decir hace un momento. Nos encontramos con que las moléculas de alguien serán atraídas, serán ya, en cierta forma, cartesianas. Hay cartesianos. Bueno, comprendo, un cartesiano es alguien que leyó bien a Descartes y que escribe libros sobre Descartes. Pero eso no es muy interesante. Al menos hay cartesianos a un nivel mejor. Consideran que Descartes les dice algo al oído a ellos, algo fundamental para la vida, incluida la vida más moderna. Bueno, a mí, tomo mi ejemplo, realmente Descartes no me dice nada, nada, nada, nada…Se me va de las manos, me embola. Sin embargo, no voy a decir que es un pobre tipo, es evidente que tiene genio. Bueno, de acuerdo, tiene genio, pero yo, por mi cuenta, no tengo nada que hacer con él. Jamás me dijo nada. Bueno ¿y Hegel?…¿Cómo se explican estas cuestiones de sensibilidad, qué es eso, qué quieren decir estas relaciones moleculares?
Yo abogo por relaciones moleculares con los autores que leen. Encuentren lo que les gusta, no pasen jamás un segundo criticando algo o a alguien. Nunca, nunca, nunca critiquen. Y si los critican a ustedes digan: “De acuerdo” y sigan, no hay nada que hacer. Encuentren sus moléculas. Si no las encuentran, ni siquiera pueden leer. Leer es eso, es encontrar vuestras propias moléculas. Están en los libros. Vuestras moléculas cerebrales están en los libros. Yo creo que nada es más triste en los jóvenes en principio dotados que envejecer sin haber encontrado los libros que verdaderamente hubieran amado. Y generalmente no encontrar los libros que uno ama, o no amar finalmente ninguno, da un temperamento…y de golpe uno se hace el sabio sobre todos los libros. Es una cosa rara. Nos volvemos amargos. Ustedes conocen la especie de amargura de ese intelectual que se venga contra los autores por no haber sabido encontrar a aquellos que amaba…el aire de superioridad que tiene a fuerza de ser tonto. Todo eso es muy enojoso. Es preciso que, en última instancia, sólo tengan relación con lo que aman.
Gilles Deleuze
martes, 10 de agosto de 2010
domingo, 8 de agosto de 2010
sábado, 7 de agosto de 2010
La rea durmiente
La madre enferma, dormida en el bidet como un ángel impúdico. La cabeza afeitada, roído el camisón y el suetercito que hiede. Torcida por la delicia fetal o el funesto doler, parecese a mí, vieja gemela:
Coja, viuda, loca de atarse las manos al balde, al toro, a la mesita de luz.
Asfixiada, en sus ardores se enreda la muy oronda. La lavo, le moja la fiebre de leche, la arropo con toallas vulgares, me apiado.
-Oh, madre, puta mía, mi tesoro trunco, madre del vértigo. Hembra de las violentas ¿no ves mi amor pendenciero?
La mama pernocta infinita cual reina bestia, su sueño desaforado roe las horas.
"¿Qué sueña la rea durmiente? ¿Con qué afán o pérfido pretendiente? ¿Acaso finge la muerte por un mísero beso?"
-Madrecita. espanto, mi boca inútil te besaría tanto...
Le lloro encima y ni se inmuta la falluta, posa su sueño inmenso y retoza. La madre intensa, la obesa, me niega su manto de carne.
-Ay, mísera de mí, pobre escualo, cómo he de emprender la llanura sin ella.
La maja enferma se frunce en sus pieles gastadas. Su muslo de vaca voltea y aflora la espalda incinerada. Quisiera lamerla hasta matarla mas mi lengua es pequeña y débil.
-Ah, mamar, mamar, amar a la madre es devorarla.
-Oh, mame, madre del hambre, soy la miniatura de ti y el monstruo de pecho ¿por qué mi parto te aparta así?
La madre perdida, travestida de blanco, monta un trineo de huesos alejándose...
-Despierta, desgraciada, ¿qué será de mí?
La inmunda se empeña en morir, y en su torpeza, olvida este feto tras de sí.
by Lola Arias
Ofelia
Los labios en la gillet, los pies cayendo del balcón al desierto. La bañadera repleta de flores y el mar, las tetas azules, azules los hombros, el miedo. Soy la resucitada, la que nació con la muerte tatuada en la lengua.
¿Os reis de mí? De mí se abusan los toros y los otros: Soy la paridora de reyes, la puta vendada en el jardín de los siervos. Poseída, ida de tanto drogarme las horas: no pensar, no mirar el horror a los ojos, no desear a la bestia.
Otrora fui la predilecta, la que recibía postales violentas. Mi pose era preciosa, inútil mi devaneo, mis falsos mareos por el baldío del reino. Muda en mi idiotez de infante, prefería al loco que al pérfido padre. Mi perdición ha sido un catre de barro, brutales aplastamientos de miembros, hambre.
Mi padre fue cruel cual ínfimo beso. Se desprendió de mí y vendióme. Carne, carne, carne para apalear el silencio.
Mi nombre es huérfano ahora, Ofelia no soy yo. No sé morir y, sin embargo, muero.
by Lola Arias
viernes, 6 de agosto de 2010
miércoles, 4 de agosto de 2010
“Aire y luz y tiempo y espacio”
“Sabés, yo tenía una familia, un trabajo, algo siempre estaba en el medio
Pero ahora vendí mi casa, encontré este lugar, un estudio amplio, deberías ver el espacio y la luz, por primera vez en la vida voy a tener el lugar y el tiempo para crear”.
No, nene, si vas a crear, vas a crear trabajando 16 horas por día en una mina de carbón o vas a crear en una piecita con tres chicos mientras estás desocupado, vas a crear aunque te falte parte de tu mente o de tu cuerpo, vas a crear ciego, mutilado, loco, vas a crear con un gato trepando por tu espalda mientras la ciudad entera tiembla en terremotos, bombardeos, inundaciones y fuego.
Nene, aire y luz y tiempo y espacio no tienen nada que ver con esto, no crean nada, excepto quizás una vida más larga para encontrar nuevas excusas.