La rea durmiente
La madre enferma, dormida en el bidet como un ángel impúdico. La cabeza afeitada, roído el camisón y el suetercito que hiede. Torcida por la delicia fetal o el funesto doler, parecese a mí, vieja gemela:
Coja, viuda, loca de atarse las manos al balde, al toro, a la mesita de luz.
Asfixiada, en sus ardores se enreda la muy oronda. La lavo, le moja la fiebre de leche, la arropo con toallas vulgares, me apiado.
-Oh, madre, puta mía, mi tesoro trunco, madre del vértigo. Hembra de las violentas ¿no ves mi amor pendenciero?
La mama pernocta infinita cual reina bestia, su sueño desaforado roe las horas.
"¿Qué sueña la rea durmiente? ¿Con qué afán o pérfido pretendiente? ¿Acaso finge la muerte por un mísero beso?"
-Madrecita. espanto, mi boca inútil te besaría tanto...
Le lloro encima y ni se inmuta la falluta, posa su sueño inmenso y retoza. La madre intensa, la obesa, me niega su manto de carne.
-Ay, mísera de mí, pobre escualo, cómo he de emprender la llanura sin ella.
La maja enferma se frunce en sus pieles gastadas. Su muslo de vaca voltea y aflora la espalda incinerada. Quisiera lamerla hasta matarla mas mi lengua es pequeña y débil.
-Ah, mamar, mamar, amar a la madre es devorarla.
-Oh, mame, madre del hambre, soy la miniatura de ti y el monstruo de pecho ¿por qué mi parto te aparta así?
La madre perdida, travestida de blanco, monta un trineo de huesos alejándose...
-Despierta, desgraciada, ¿qué será de mí?
La inmunda se empeña en morir, y en su torpeza, olvida este feto tras de sí.
by Lola Arias